Siento la velocidad detrás de ti
y explotan emociones crecientes.
Vuelan, en picado, tus miradas a mi alma,
que sin resistencia cae rendida.
Y no fueron protagonistas ni el sol radiante de junio,
ni la brisa perfecta de primavera,
sólo nuestros corazones expuestos a un mundo,
que nos daba igual.
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